Desde FSES, Federación de Sindicatos de la Enseñanza y Sanidad, estamos de acuerdo en la necesidad de dar una respuesta sanitaria a los problemas de salud que nos encontramos diariamente en los centros educativos de nuestra región, tanto urgentes como crónicos, pero discrepamos rotundamente acerca de cómo se implanta esta respuesta.
Este manual viene a dejar en evidencia por parte de la Administración que los centros educativos no disponen de los medios ni del personal necesarios para garantizar una asistencia sanitaria adecuada a las posibles incidencias que puedan presentarse en los mismos. Y además, se pretende paliar dicha situación, instruyendo a los docentes en actuaciones sanitarias siendo un colectivo profesional que ni están formados ni cualificados ni cuentan con la habilitación legal para ello, con los prejuicios y consecuencias gravísimas para los alumnos en su salud y problemas sanitarios.
Una prestación sanitaria mínimamente digna, profesional o de primeros auxilios, no está al alcance de “cualquier ciudadano”, requiere saber interpretar unos síntomas, diferenciar sus causas y aplicar el tratamiento y los cuidados específicos para cada circunstancia. El personal docente no está capacitado para actuar en casos de emergencias o urgencia, siendo fácil que pueda confundir determinados síntomas y aplique tratamientos que podrían estar contraindicados, excediendo en este caso de sus competencias y sin sustento legal, y lo más importante, poniendo en riesgo a los alumnos atendidos.
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